El caramelo líquido se utiliza en muchas variedades de postres y muy generalizadamente en la elaboración de los flanes, tanto para forrar los moldes como para aumentar la salsa que los bañe. Aquí os ofrezco una receta muy fácil para hacerlo, obteniendo una textura y un color magníficos y susceptibles de graduar al gusto.
INGREDIENTES para 250 cc:
200 grs azúcar
80 cc agua
gotas zumo de limón
ELABORACION:
Echar en un cazo o sartén de base amplia el azúcar y calentar lentamente hasta que alcance un color castaño (¡cuidado con las quemaduras! la mezcla puede alcanzar 200ºC).
Se puede remover el contenido meneando el cazo o sartén, pero sin introducir utensilio de cocina alguno. En último caso, una ligera ayudita con una espátula de madera.
Una vez obtenido el color deseado, apartar del fuego para rebajar la temperatura y añadirle el agua muy caliente -para evitar un choque térmico que cristalice el caramelo- a la que habrá que agregar previamente las gotas de limón, que van a ayudar a que el caramelo no se endurezca cuando se enfríe.
Continuar removiendo fuera del fuego y, si fuese necesario para desleír el caramelo que pueda quedar en el fondo sin disolver, calentar muy suavemente, procurando que el agua no se evapore.
Retirar del fuego, en su caso, y dejar enfriar. Si quedase muy espeso se puede añadir otro poquito de agua templada y remover.
Este caramelo puede conservarse en nevera varios meses, en un tarro de vidrio, sin que pierda sus propiedades.