Es como una mousse, suave y agradable en la boca. Un hallazgo la opción de salsa elegida, catada antes en algún restaurante que me la inspiró. Se puede hacer en moldes individuales reduciendo el tiempo de cocción.
INGREDIENTES para 6 personas:
500 grs puerros (lo blanco)
3 uds chalota
50 cc vino blanco
500 cc nata líquida
3 uds huevo
mantequilla
aceite
sal
pimienta blanca
Salsa de espinacas:
50 grs espinacas
25 grs mantequilla
25 grs harina
200 cc leche
100 cc caldo cocer espinacas
sal
pimienta blanca
ELABORACION:
Picar los puerros y las chalotas, echar en una cazuela con un poco de mantequilla y aceite, añadir sal y rehogar a fuego lento, tapando para que se cuezan en su propio agua, A media cocción añadir el vino blanco. Continuar hasta que estén blandos, sin que lleguen a tomar color.
Seguidamente añadir la nata y dar un breve hervor. Retirar del fuego y triturar con batidora eléctrica hasta obtener una crema homogénea y sin grumos o hebras. Colar si se aprecia necesario.
En un bol aparte batir los huevos e incorporarles la crema aún templada –sin que exceda de 60ºC para que no cuajen los huevos– volviendo a batir el conjunto. Rectificar de sal y pimentar al gusto.
Rellenar un molde rectangular de 1,2 l. aprox., previamente engrasado y forrado con pan rallado, y hornear a 170ºC en baño maría durante 45 min. Comprobar el punto con una brocheta, que debe salir casi limpia. Sacar del horno y dejar enfriar en una rejilla. Desmoldar. Se aconseja acompañar con una salsa de espinacas.
Salsa de espinacas:
Rehogar bien la harina en la mantequilla –roux– y añadir la leche removiendo como en la bechamel. Añadir a esta crema las espinacas, previamente escaldadas 3 minutos y escurridas, y triturar con batidora eléctrica de mano. Agregar un poco del caldo de cocción de las espinacas para obtener una textura de salsa ligera, verde clara, no muy líquida. Salpimentar al gusto.