Los mejillones son un marisco muy agradecido, por su sabor, por lo que cunden y por su precio. Su versión con patatas fritas (los famosos moules-frites) ha llegado a ser plato nacional en Bélgica. A los españoles nos resulta rara esa combinación. Así que aquí os dejo una opción con una salsa muy rica y cremosa, más acorde con nuestros gustos. Está increíble!

INGREDIENTES para 4 personas:

1,5 kgs mejillones
90 grs cebolleta
65 grs mantequilla
325 cc vino blanco seco
4 uds yema de huevo
200 cc nata líquida
perejil
sal

ELABORACION:

De la salsa
Batir a mano las yemas con la nata en un bol y reservar para el final.
En una cazuela baja y amplia fundir la mantequilla y rehogar la cebolleta muy finamente picada con una pizca de sal unos 8 minutos. Añadir el vino blanco y hervir suavemente otros 2 minutos para que se evapore el alcohol.

 De los mejillones
Limpiarlos bien bajo el chorro del agua fría, eliminando asperezas de las conchas y las barbas, dándoles un tirón decidido hacia el extremo puntiagudo del mejillón. Escurrir.

Incorporar los mejillones a la cazuela, tapar y dejar unos minutos hasta que se abran sus conchas. Retirar enseguida con una espumadera a medida que se vayan abriendo para evitar que se queden gomosos por exceso de cocción. Desconchar la valva que no tiene carne e introducir en una fuente honda.

Finalizar
Hervir a fuego suave el jugo que queda en la cazuela hasta reducir a la mitad. Entonces, volcar la nata con las yemas sin dejar de batir y calentar –sin que hierva- a fuego muy bajo. Probar y sazonar con sal si es necesario. Agregar un poco de perejil y verter la salsa sobre los mejillones dispuestos en la fuente, que deben quedar bien empapados de esta crema.

Servir enseguida.

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