Preparación meticulosa orientada a la obtención de una base de hojaldre muy fina y crujiente, cubierta por una capa igualmente fina de manzana. Se trata de un postre de delicada textura, que puede ser digno del mejor restaurante.
INGREDIENTES para 6 personas:
2 uds manzana(1)
1 lám hojaldre
3 cs azúcar
zumo limón
1 cs mermelada(2)
(1)Reineta (equilibrada)
Golden (algo dulce)
Granny Smith (ácida)
(2)sabor opcional, al gusto
ELABORACION:
Estirar ligeramente el hojaldre con el rodillo y recortar en una forma que quepa en la parte plana de una placa de horno -por ejemplo, en forma redonda de un diámetro de unos 28 cms-. Barnizar una cara con mantequilla derretida y rociar con azúcar moderadamente. Voltear el hojaldre, colocando la cara barnizada hacia abajo sobre el papel de horno en la placa, y pinchar la cara superior con un tenedor.
Descorazonar, pelar y laminar las manzanas en rodajas muy finas -deseablemente usando una mandolina– que a su vez se cortarán por la mitad y se dispondrán acaballadas en varios círculos sobre el hojaldre –pincelando de vez en cuando con el zumo de limón para que no se oxiden- hasta terminar en el centro.
Barnizar la tarta con mantequilla derretida y espolvorear al gusto con azúcar. Tapar con un papel de horno y poner encima a modo de peso una rejilla ligera, patas arriba, para procurar que el hojaldre suba poco y la tarta quede fina.
Hornear a 190ºC, posición arriba y abajo, colocando la placa en la ranura del centro, durante 32-35 min., retirando la rejilla y el papel a mitad del tiempo. Sacar del horno y dejar templar unos minutos. Despegar la tarta, cuya cara inferior habrá caramelizado, del papel de la placa y colocar en la fuente de servir.
Finalmente, calentar un poco de mermelada –la de albaricoque le va muy bien- en un cazo con una cucharadita de agua, removiendo con varilla para que disuelva, y pintar ligeramente la superficie de la tarta.
Servir fría, templada o recién hecha, acompañando con helado de vainilla, nata u otro, al gusto.